lunes, 29 de noviembre de 2010

El vendaval en Cataluña es calma chicha

El éxito de 128 votos más
Es hora de recuento, desde el punto de vista taurino, que de los otros ya se ocuparán las consecuentemente reflexiones personales, además de los medios de análisis políticos. Con las cifras ya muy definidas al filo de la madrugada, los espacios radiofónicos, que abordan los toros en estas horas ajenas al sosiego dominical, apuraban sus cavilaciones sobre el viento que sopla en Cataluña. Algunos abrieron el contestador automático a la pregunta de: “¿Cree usted que con el nuevo gobierno catalán sería posible dar marcha atrás respecto a la prohibición de los toros en la Comunidad autónoma catalana (prevista para el inicio de 2012)? Bueno, pues la mayoría de los espontáneos auguraban una recomposición posible del tema taurino en Cataluña, es decir, que soñaban en que son se llevara a cabo. Es algo así como creer en un imposible, ignorar lo evidente, o no saber que el viento sopla, pero en dirección contraria convertido en vendaval. La mayoría de los diputados catalanes de la formación de Artur Mas (CiU) votó a favor de la prohibición de los toros que proponía la Iniciativa Legislativa Popular el pasado mes de julio, y dos meses más tarde sus 48 diputados (totalidad de la formación política) votaban en a favor del blindaje en Cataluña. Las señorías “convergentes” que en el último pleno celebrado antes de las vacaciones votaron a favor de los toros fueron aquellos diputados del valle tarraconense de las tierras altas del Ebro, donde las fiestas taurinas de los correbous están muy arraigadas y para las que cuentas con suministros animales de tres o cuatro ganaderías autóctonas.
No creo que vaya a producirse una marcha atrás en este tema mientras los partidos en liza gubernamental sigan proclamando su soberanismo, como tampoco creo que los partidos pro taurinos consigan un arrastre para dar un vuelco, taurinamente hablando. La verdad, es que solamente confío en la sangría de las cifras económicas. Cuando los ciudadanos catalanes sean conscientes de lo que puede suponer las costosas indemnizaciones a los afectados por la prohibición, igual consideran que es mejor seguir como está y que la Fiesta catalana languidezca por sí sola, en su decrepitud hasta la desaparición del espectáculo como tal. Aunque tengan que tragarse algunos sapos figurinistas.
Otra pegunta recurrente en los espacios radiofónicos taurinos fue: ¿La indefinición del Partido Socialista Catalán con el tema de los toros ha influido en su bajada en escaños? Y yo francamente creo que el tema taurino no ha influido significativamente ni un ápice en las elecciones de ayer domingo. Los datos son los datos. El partido animalista catalán PACMA, promotor de la Iniciativa Legislativa Popular que llevó al Parlamento catalán el debate de la prohibición de los toros y que finalmente se aprobó, ha conseguido en estos comicios ¡128 votos más! (Un éxito, dicen desde esta agrupación) Este domingo obtuvieron 13.858 votos (de un total del censo catalán de 5.229.651 y a falta del recuento de voto extranjero), donde hace cuatro años disponían de 13.730 electores.
Después de estas cifras está todo dicho y desmontado.
Si la victoria de la prohibición taurina se traduce únicamente en 128 votos más, es que el tema de rentabilidad política ni interesa. Entonces, ¿por qué tanto alboroto especulativo?; ¿por qué este atentado contra las libertades individuales y colectivas?; ¿por qué tanto espectáculo obsceno? Seguramente por nada, salvo por un alto coste moral, económico y social para el futuro de los toros. Un altísimo coste que pagaremos todos.

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