lunes, 3 de diciembre de 2012

El asunto es no mojarse


Parezco tonta. Les cuento. En la noche del domingo las radios taurinas exponían un debate sobre la cubierta, o tapadera, que ya están colocando en Las Ventas, la primera plaza del mundo si de toros se trata. Pues piqué. Me quedé a oír qué pasaba. El argumento, según parecía, era reclamar la opinión de los oyentes sobre la techumbre tan sicodélica y si los aficionados estaban de acuerdo con ver toros bajo tan preventivo armatoste. Todos los testimonios a favor de la plataforma volante se sostenían en que era más cómodo, es decir, que se está más calentito, no te mojas si llueve y permite no perderse las faenas por culpa de las inclemencias del tiempo.
Una servidora, que como les digo, es muy tonta, ha hecho su encuesta particular entre los conocidos más o menos cercanos –taurinamente hablando-. Pues, ¡qué quieren que les diga! Que no hay uno solo de los que me han dicho –verbalmente- que están a favor de este atentado estético y que sean asiduos a las corridas de toros. Es decir, que ven los toros por la tele y muy calentitos desde sus silloncitos. Aunque, eso sí, son muy altruistas con los demás, con los que sí vamos a las plazas, con los que sí pagamos en taquilla, con los que sí tenemos un compromiso presencial y taurómaco. No me digan que no es casualidad, que tampoco conozca a ninguno de todos los personajes sufridores de las “asperezas y molestias de la intemperie” que quieran sobre sus cabezas este insufrible paraguas anti-todo. Anti-estético. Anti-humano. Anti-salubre. Anti-decente. Anti-dos dedos de frente.              
Las respuestas más formidables al respecto no puedo pasarlas por alto. Las mejores, según mi criterio, eran aquellas sustentadas por “los que son de la opinión de” dar una oportunidad a los promotores del invento para saber si funciona. ¡Vaya que si funciona! Ya les digo yo que no hay nada que mejor funcione que un atentado en toda regla. Y si acaso hubiera contratiempo humano, o divino, allí está Dios todopoderoso para crear un nuevo mundo en seis días -sin descando, por supuesto-.
Por cierto, hablando de reglas, nadie -en los programas que me detuve- se cuestionó que las obras de tan generosa iniciativa protectora se hayan comenzado sin licencia; que no exista informe de Patrimonio de la Comunidad para cargarse estéticamente, legalmente y socialmente un monumento por el cual pagamos, demandamos respeto y admiramos para que siga siendo tal y como se hizo antaño; que tan ingenuas mentes crean que esto se hace por nuestro bien, para que los pobres desgraciados amantes de asunto tan anacrónico no nos mojemos. De poco beneficio, señores, nada de nada. De beneficio, todo. A arrasar, que es lo que toca. A reinventarse el Antiguo Testamento. ¡Faltaría más!

domingo, 2 de diciembre de 2012

¿A cuánto está el metro cuadrado de multiuso?







El pasado día 29 de noviembre, el Presidente de la Comunidad de Madrid hacía el paseíllo en Las Ventas acompañado de los gestores del coso taurino, varios periodistas y algunos responsables de la empresa que acomete las obras para poner una cubierta al coso taurino. Entre andamios, grúas, grandes amasijos de aluminio, Ignacio González realizaba un discurso señorial sobre las excelencias que representa la techumbre desmontable para que la plaza de toros de Madrid se convierta en “multiusos”. Con todas las precauciones del mundo, con todas las reservas si es posible- porque de grandes finanzas somos muchos los que pretendemos entender-, me pregunto: ¿A cuánto está el metro cuadrado de espacio multiuso?, para que se defienda tan consentida rentabilidad.

Sin embargo, algunas explicaciones han quedado suspendidas -también en el aire- en este “proyecto de cubrición del Monumento”, según la definición que se hace de la grandilocuente obra en la web de la Comunidad de Madrid -en la página de los actos públicos del presidente-. Por ejemplo, el informe que (presuntamente) debe haber elaborado Patrimonio y que debería ser definitivo para proceder a cualquier plan de remodelación, mejora o conservación de la plaza de toros, al tener La Monumental de Las Ventas condición de Bien de Interés Cultural desde 1994, “recibiendo con ello una especial protección”. Dicho informe debería haberse dado a conocer a los medios, incluso que alguno de los informantes presentes en el acto hubiera preguntado por él. En el mencionado texto de la página web se asegura que al proyecto se ha dado el visto bueno porque “respetará la imagen del monumento”, “que no será visible desde el exterior”, y “no interferirá en la temporada taurina, puesto que se montará una vez finalizada la temporada de festejos y se desmontará justo a tiempo para que dé comienzo una nueva. De esta forma, la Comunidad cumple con las premisas que requiere la condición de BIC”. La pregunta es: ¿Eso es lo que se considera “protección especial”?

Por tanto, ¿hay, o no hay, informe de Patrimonio de la Comunidad al respecto? Si lo hay, con las explicaciones que se hacen en el texto oficial parece deducirse que no se han encontrado obstáculos que consideraran desfavorable anclar una cubierta de “160 toneladas de peso, 102 metros de diámetro y otros 276 de altura máxima compuesta por vigas de aluminio y varias capas de lona de PVC que irán sustentadas en bloques de hormigón” porque “respeta la imagen del monumento” y es desmontable cuando tengan que darse los espectáculos taurinos. Es decir, la bula papal que se tendría que pedir para poner un tornillo desde un andamio colocado a seis metros de distancia para no dañar la estructura de un monumento BIC, ha pasado a ser un sermón parroquial de misa de ocho. O mejor, que 160 toneladas de peso van ancladas con una simple taladradora sin percutor ni vibración. Y más aún, no se sabría si es más preocupante que hayan pasado por alto la elaboración del supuesto informe o haberlo hecho dando el consentimiento a la techumbre de aluminio con lonas de PVC de ¡160 toneladas! (También tendrían que explicar qué es eso de 276 metros de altura máxima, porque seguro que algún mal pesando ya estará confundiendo la horizontalidad con la verticalidad, la Torre pendente di Pisa con la Liberty Enlightening the World).

No superado el escollo burocrático, se acomete el taurino. El presidente –muy torero, por cierto, ya que los ‘asuntos taurinos’ han dependido de él directamente en los años que ha sido vicepresidente- ha asegurado que la cubierta se desmontará cuando empiece a temporada taurina y volverá a aparecer cuando termine, aunque este arte de magia se prolongue varios días (alrededor de ocho en ambos sentidos) y omita –porque no lo ha detallado- cuánto va a costar tales maniobras estructurales. Si no se desmonta la cubierta durante las ferias importantes taurinas significa que los empresarios de Madrid pierden la mitad del aforo puesto que la cubierta está anclada en las últimas filas de los tendidos altos, y deja fuera las gradas y las andanadas. El asunto a dilucidar sería muy tentador para los empresarios: Como las entradas y abonos de las zonas altas son las más económicas, ¿merecería la pena –en euros, claro- proceder a la instalación de grúas, operarios, camiones, traslados y almacenes en los montajes y desmontajes tan complicados dos veces al año si fuera más costoso que renunciar a la venta en taquilla de las localidades mencionadas? La temporada taurina se aseguraría, insiste el presidente de la Comunidad, pero debe especificar por cuánto, por quién y por dónde. ¡Ser, o no ser, es la cuestión!


A continuación, se habla de la gratuidad. Asegura el presidente González que las obras no van a suponer ni un solo euro para los madrileños. Bueno, esto será con matices, por supuesto. Vamos por partes. Desde hace siete años la Comunidad de Madrid, como propietaria de la plaza de toros, ha ofrecido en el pliego de licitación -en los tres sucesivos concursos públicos para su gestión- la facultad de gestión del coso a los arrendatarios en las actividades taurinas y para el resto de actos y espectáculos de cualquier tipo, es decir: no taurinos. Esta doble posibilidad en el arrendamiento se imponía desde la institución madrileña a cambio de un canon de cinco millones de euros, limpios de quebraderos de cabeza, y que en la última oferta del pasado año descendió a poco más de dos millones de euros. El descenso de ingresos en los espectáculos taurinos, consecuencia de esta crisis infernal, era la excusa para ofrecer un alquiler de saldo por tres temporadas con opción a dos más de prórroga.

Asegura nuestro presidente que el coste de la sicodélica techumbre corre a cuenta de los empresarios y de Warner Music (en virtud de un acuerdo entre ambos para organizar el espacio y organizar “actos culturales y musicales) y que asciende a cuatro millones de euros, cifra que se rentabilizaría (sic) en un año, con el 50% en los meses de invierno y el resto en los de verano. Alguien estará pensando lo tonto que es y no tener a mano este saco sin fondo, con la que está cayendo. Si tan rentable es el negocio, no se puede entender que no sea la misma Comunidad, como propietaria, la que acometa tal infraestructura y le saque todo el partido para paliar las ya maltrechas cuentas públicas, ahogadas en tantos recortes. Total, será la Comunidad, y de paso todos los madrileños los que costearemos de nuestro bolsillo, las licencias correspondientes a los eventos que se organicen, las medidas de seguridad -desde Protección Civil hasta los diferentes cuerpos policiales-, la limpieza de los alrededores, los equipos médicos y sanitarios preceptivos, el control de la circulación vial, los cortes de tráfico y el coste de las posibles irresponsabilidades en caso de catástrofe como la ocurrida hace un mes en Madrid y que ha puesto en evidencia a dónde conducen los subarriendos tan lucrativos.

No es por comparar. Se hace odioso. Lo sé. Pero no me digan que no se parece a un argumento de película serie subB. La propietaria de un soberbio inmueble baja el alquiler porque es muy sensible a los problemas mundanos de los ocupantes atosigados con el pago de las cuotas en una maldita crisis. No contentos los inquilinos con la medida piden más. Y va la propietaria y da el visto bueno para que los arrendatarios puedan utilizar la vivienda, acoger a los familiares para formar sociedad tripartita, disfrutarla sin que las cláusulas principales del acuerdo contractual se cumplan y rentabilizarla en todas las direcciones a discreción; hacer obras, destrozar la estética, cargarse el jardín, reformar el ático en espacio aprovechable y, sobre todo, montar fiestas de postín, a lo grande y con cargo a los vecinos de al lado. Pues, ya les digo, el viejo argumento de siempre. Un rollo.

Ahora, que puestos a pensar, ¿por qué no cubren la Plaza Mayor y la dedican en multiusos a las carreras de burros, que también como los toros están en serio peligro de extinción?; ¿por qué no trasforman el Museo del Prado en verbenas populares, aunque a la última modernidad, con pasarelas de modelos luciendo trajes típicos y con megafiestas de chocolate con churros para promocionar la marca España? ¿Por qué no exportan tan estupenda maniobra a La Maestranza, el Teide, el Cañón del Colorado…? No se pueden dar ideas…

Y no sé si esto les ocurre a muchos, pero es que últimamente me ha dejado de interesar las intrépidas aventuras que se venden como si fueran la conquista de la Luna, o el medicamento que cura el cáncer, o el peliculón que aún quedaba por hacer a los magos del celuloide. Total, ¿para qué? Para llevarte una decepción. Pues nada, ¡ale!, a callar, que calladita estoy más mona. Aunque, no deja de rondarme la pregunta, señor presidente, ¿a cuánto está el metro cuadrado de multiuso?

jueves, 29 de noviembre de 2012

Volver la vista atrás

Madrid, 29 de noviembre de 2012
Queridos amigos, os pido disculpas por mi descuido en atender este compromiso digital, que aunque voluntario, supone para mí un obligado cumplimiento. No quiero extenderme en explicaciones. Ni en excusas. Quiero confesar mis culpas, sencillamente. El desánimo es un poderoso acicate que desarma cualquier facultad. Este silencio, que ya dura tres meses, ha supuesto para mí muchas cosas, tantas como la constancia de que esta crisis generalizada es capaz de apisonar a conciencia, que los valientes cada día son menos y están más apartados, y que no queda más remedio que intentar la normalidad para seguir adelante.

En este impulso, casi a la desesperada, para mirar hacia el futuro (como expresan los gurús macroeconómicos), e intentar comprender lo que nos espera, muy bien se puede trasladar todo aquello que nos rodea a este mundo taurino y aficionado cada vez más desdibujado, más errático, más abandonado en definitiva. No es necesario ser una adivina con una piña en la cabeza y bola de cristal, ni tan siquiera un extraordinario genio de las altas finanzas, para elaborar una teoría posible de ajuste que corrija los desmanes y corruptelas, ponga orden, busque en la viabilidad -como se define de común acuerdo-, y nos dé la oportunidad de no lamentar el final.

Yo prefiero hablar de posibilidad como término objetivo. Incluso de ingenuidad, si así lo preferís. Pero también antepongo, un día como hoy, mis recuerdos a esta vorágine desalmada. Hoy, miro hacia atrás. A quienes me enseñaron. Es una cuestión de supervivencia. Por supuesto, la mía. Y recuerdo a mi abuelo José.

Este pasado mes de septiembre hubiera cumplido cien años, tantos como el aniversario de la alternativa del más espectacular de todos los toreros en la historia de la tauromaquia en singularidad y traslación: Joselito, el Gallo. Mi abuelo también se llamaba José Gómez, circunstancia que le hacía reír -además de crecerse “cuatro varas”- cuando en las disparatadas conversaciones taurinas reclamaba para sí tanta gloria como la del diestro sevillano, aunque dejara olvidado por unos instantes su primer apellido y por el cual era incluso más conocido que Gallito en todos los ambientes colaterales de la otra liturgia a pie de calle.
Nunca le faltó autoridad; ni los amigos; ni respeto; ni el impulso descomunal para disfrutar de la buena vida. Su afición por el mundo de los toros fue muy bien entendida a su manera porque “no hay más que decir” y porque “la verdad es una sola”.

Le recuerdo con la sonrisa pícara cuando en aquellas tardes veraniegas me instaba, sí o sí, a hacer de taxista y recorrer las fiestas toreras de la comarca. Salíamos con la solanera más inclemente para “ir tranquilos, tomar café y visitar a los parientes”. Claro, que no íbamos en calma. Apoyaba su gigantesca envergadura en un bastón, recomponía las fuerzas y caminaba con una destreza, elegancia y maestría que aparecía un pretendiente juvenil. Tomaba chatos de vino con el argumento de que eso de la cafeína no era cosa de “toreros”, ni de diabéticos tampoco. Hacía escala en todos los enclaves que conoció en otros tiempos. En los que seguían en pie, preguntaba por todos los compañeros de otra época ya tan lejana a “su entender” y ante los lugares comunes ya desaparecidos miraba al cielo, rezaba una plegaria en silencio, dejaba un bastonazo en el aire y decía: “Vamos, que hay prisa. A los toros hay que ir como Dios manda: con tiempo y con ganas”.

El resto de la escenografía la desarrollaba en las taquillas, cuando pedía con voz potente las entradas (como Dios también mandaba): “en barrera y a la sombra”.  Evidentemente, casi nunca fue posible tanto lujo, pero a mí me impresionaba siempre. Entonces llegaba mi única posibilidad en toda la tarde de meter baza, lo que se traducía en encontrar dos localidades, las más cercanas al baño y las más baratas. Ahí estaba, en el tendido, joven, erguido, entusiasmado, en silencio. Como mucho, recordaba a Luis Miguel Dominguín en el día que se autoproclamó número uno. Tardé tiempo en comprender que su admiración no se sustentaba sobre argumentos artísticos, a pesar de la vehemencia de su discurso, sino en la peculiar y extraordinaria condición del diestro en vivir la plenitud genésica del toreo y de sí mismo. A veces, me daba por preguntar; aunque sin resultados, porque mi abuelo no rompió su autoridad en ningún momento. Decía siempre lo mismo: “Mira lo que sucede y será suficiente para que lo entiendas. Si te gusta, lo sabrás. Si no te gusta, no pienses que yo te lo voy a explicar.” (¡Toma!)

Cuando pasó el tiempo, me acerqué sola a los toros indagando en esa fantasía que lo envuelve. Lo que encontré, queridos amigos, fue mucha gente que buscaba esa posibilidad para desarrollar tanta afición. Entre todos, admiré a Joaquín Vidal, maestro de periodistas, genio y figura de integridad y amante cabal de la “grandeza del toreo”; descubrí la literatura más deslumbrante para revivir una aventura singular y poderosa; y encontré camaradas eminentes, personajes dignos de protagonismo y un movimiento extraordinario de pasión y sabiduría.

Y ahora, amigos, ¿qué hay que hacer cuando todo se desmorona? ¿A quién preguntamos? ¿Dónde buscamos el entendimiento en esta desorbitada “traslación planetaria”? - (como felizmente aseguraba un analfabeto galáctico) ¿Qué papel tienen los valientes que podrían denunciar las tropelías si no tienen un respaldo lo suficientemente sólido de apoyo? Cuál es nuestro compromiso entre tanta decepción? ¿Hacia dónde hay que mirar? Eso, hacia dónde. De momento, yo, hacia atrás, hacia el recuerdo  de este hombre altivo, de personalidad arrolladora, de genio indomable, admirador de la dolce vita, apasionado con la belleza del toreo que me enseñó a mirar y sentir este fabuloso mundo de los toros sin mediar una sola palabra al respecto. 

Posdata: Gracias por vuestros mensajes de ánimo. Los tengo muy en cuenta. Y especialmente, gracias Javier. 

martes, 4 de septiembre de 2012

Sobre ganaderías minoritarias








Primer novillo de la tarde de la ganadería Prieto de la Cal, jabonero de capa, lidiado en Las Ventas el pasado 2 de septiembre, devuelto por flojo y que se resistió a entrar en los chiqueros. 


Entre santacolomas y veraguas... 
Elegí estar en Las Ventas en este primer domingo de septiembre. Era, o el camino de Cerceda -con la ganadería de Rodríguez Montesinos- o el entusiasmo por la belleza de los ejemplares de Prieto de la Cal. Entre santacolomas y veraguas estaba el dilema, y cualquiera de las dos eran suficientes para llevar a un aficionado -cansado de tanto aburrimiento generalista- hacia una ilusión cada vez menos posible.
Decepcionó la puesta en escena de la ganadería onubense de Prieto de la Cal, casi la única que conserva en su sangre brava los ancestros de Veragua. No se encajó bien, teniendo en cuenta que hacía siete años que no regresaba al ruedo madrileño. Dentro del llamado ciclo de “encastes minoritarios” pretende la empresa de Madrid dar satisfacción a los aficionados que deseamos una fiesta completa. “En la variedad está el gusto”, decía el ganadero en el programa radiofónico de Clarín, algo en lo que no se duda. Aunque “no hay excusas”, confesaba amargamente, ni justificaciones, porque los novillos de sangre Veragua salieron con mucha expectación pero flojos, sin emplearse en varas y sin romper en el último tercio. Cuesta creerlo, puesto que Tomás Prieto de la Cal pasito a pasito se ha hecho un hueco de respeto entre la afición (también) minoritaria con excelentes encierros en casta, presentación y solvencia.
Ahora parece todo una debacle. ¿Por qué? Sencillamente al orden “generalista” le interesa desconfiar en estas apuestas propias, ajenas al infierno de la mercadotecnia, románticas en su estilo, idealistas en la producción, complicadísimas en su desarrollo, tan inusuales como milagrosas, La razón de las conjeturas que están cargando las tintas contra esta particular expectación que muestran los aficionados solitarios hay que buscarla, hoy más que nunca, en que este dichoso mercado se ha convertido dramáticamente en un embudo, y antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que estas ganaderías orgullosas tuvieran una posibilidad de futuro sin vivir de las subvenciones y de la mendicidad.  
Desde luego hay que mantener la calma. A nuestro alrededor hay una sequía brava que acrecienta el desértico escenario. En el subsuelo, no hay petróleo. Únicamente, pequeños matorrales en las vastas planicies, desguarnecidos entre el viento, las extremas temperaturas y el vacío. Donde hay vida, hay esperanza, dicen. Agarrémonos pues a la posibilidad porque la sed la saciaremos en esta maleza clara que estrujaremos con tanto énfasis como el que se agarra al hilo frágil de la vida. 



martes, 21 de agosto de 2012

Desde el hemisferio enfundado

El 'santo' tocado milagroso

Sentí curiosidad por la corrida de Fuente Ymbro en Bilbao. Me acerqué sin mucho entusiasmo a la tele. Y, una vez más, salí con el alma encogida y el espíritu entristecido. No entraré a comentar el comportamiento de los animales, ni de los esfuerzos, tanto de toreros como de los protagonistas mediáticos, por justificar este espectáculo -en general- sin emoción, ni calidad, ni integridad, que apenas se sostiene.

Lo que sí me gustaría es resaltar la terrible impresión que dan estos hermosos animales cuando la cámara proclama sin pudor sus intimidades más inconfesables, las de sus defensas y las del acoso que sobre ellas hacen los respectivos criadores del campo bravo. Por ejemplo, los pitones partidos a modo de garfios que quedaban suspendidos, obligando a dichos interlocutores mediáticos y toreros a una narración de cuentos de hadas y que a mí llegaban como series de verdadero terror.
Los muy entendidos dicen que las fundas, -ya saben, estos artilugios que todo ganadero quiere dar por maravilloso, materializadas en tocados sobre el emblema de las defensas bovinas, con puesta en escena de prótesis colocadas a fuerza de martillazos y muecos-, son inocuas, beneficiosas y, si se empeñan, resultan hasta afrodisíacas, aunque no se discrimine a quién eleva tan descomunal placer.

¡Es un milagro! Un prodigio de la naturaleza. Un portento de la ciencia. Una fe ciega incuestionable. Un análisis acreditado que no necesita –como sucediera con La Sábana Santa de Turín- las pruebas irrefutables del Carbono 14 (véase reglamento taurino); de huellas del pasado (véase en el mismo manipulación, afeitado y sanción); de análisis de las fibras con rayos X y fluorescencia (véase puntitas afiladas como mondadientes y que se abren como las flores secas en el jarrón); de imágenes con información tridimensional (véase retrasmisiones televisivas); y de microquímica que demuestre la dureza de las impresiones en el lienzo (véanse las protuberancias bovinas seccionadas a modo de machetazos, lijadas cochambrosamente y pintadas con tremendos pigmentos).

Ahora me traslado a google. Busco “sábana santa Turín”. Primer resultado http://www.sabanasanta.org/. Leo: “El principal problema desde un punto de vista científico es que algunas explicaciones que serían aceptadas desde un punto de vista químico son rechazadas por los físicos. Al contrario, algunas explicaciones físicas tentadoras son completamente rechazadas por los químicos. Para una explicación adecuada de la imagen de la Síndone, uno debe tener una explicación científicamente válida desde un punto de vista físico, químico, biológico y médico”. Concluye: “Así, la respuesta a la cuestión de cómo se produjo la imagen o qué produjo la imagen es ahora, como en el pasado, un misterio”.

Apuesto, que los investigadores de la autenticidad del santo lienzo (físicos, químicos, biólogos y médicos aludidos) no se han interesado nunca por las excelencias del universo taurómaco porque, de haberlo hecho, tendrían la solución de cómo se solventan las diferencias corporativas y, sobre todo, cómo las argumentan. “Esto es así, y punto”. “Un milagro”. Incuestionable. El purgatorio sería un lugar remoto, un lugar en el que habría que expiar demasiadas culpas”.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Recuerdo de Azpeitia (3)

El acertado debut de Escolar
Sobre la corrida de José Escolar en Azpeitia, el debut del ganadero abulense en el coso guipuzcoano, el 30 de julio de 2012. Los toros de encaste albaserrada estuvieron muy bien presentados, parejos en fisonomía, capas y comportamiento. En general, resultó un encierro encastado, circunstancia que quedó muy lejos de las facultades de los diestros ya que ninguno  fue capaz de hacerles, de frente, el toreo. 
Como en el resumen de la tarde de la ganadería portuguesa, las fotografías y vídeos se acompañan de los extractos de la crónica publicada en este blog (Ojalá nos dejen ver esto algún tiempo más) y entre paréntesis los comentarios también personales. 



Azpeitia, 30 de julio de 2012. Primera de la Feria de San Ignacio
Toros de José Escolar para Sánchez Vara, Serafín Marín y Esaú Férnandez


La corrida de Escolar presentada en la plaza de Azpeitia durante el desembarque que tuvo lugar el 29 de julio, un día antes del festejo. 

(...) "El ganadero José Escolar irrumpió en esta feria con ganas. Sus toros tenían casta de sobra y buena presentación, además de posibilidades de toreo. La cuestión es que había que aguantar, circunstancia que se quedó muy lejos para los tres diestros, y en distintas formas. Para Esaú Fernández fue la confirmación de la imposibilidad, o mejor dicho, la posibilidad de no poder ni con lo mínimo de exigencia. Consistía en saber estar y su grosería culminó en la aberración de dar muerte al hermoso sexto que mereció lucimiento a lo grande. Para Serafín Marín resultó un debate entre la suerte de tocarle el mejor lote y las maneras propias para esconderlo, aunque resultara más animoso en la vistosidad. Y Sánchez Vara sufrió con la casta y la complicación de sus dos ejemplares, llegó a estar valiente pero muy escaso en las resoluciones que se necesitan cuando urge mandar. (...)

Paseíllo del festejo. 

 (...) A las primeras de la tarde, el cárdeno toro con líneas de finura albaserrada, con casta a raudales, ya había señalado lo que sería el periplo para el resto, es decir, para que todos los hermanos de camada se fueran, como él, inéditos de ejecución, aguante y toreo al desolladero. Sin muchos recursos Sánchez Vara no pudo resolver. Intentó el decoro y terminó con la taleguilla rajada, con un subalterno en la enfermería, con cuatro bajonazos, muchos descabellos, dos avisos, y fue librado en el último suspiro de la vergüenza que marca la tercera llamada. Esto que parecía la debacle, fue lo más fabuloso de la tarde -(entiéndase)-, ya que al menos vinos una pelea creíble, aunque estuviera desnivelada de fuerzas. Con el cuarto la situación se complicó, precisamente porque el animal fue extraordinario de fisonomía, en arbola dura y trapío, también muy embarazoso de comportamiento. Sin ser reservón, no se entregaba. Sin apurar su casta, no terminaba de ofrecer un pitón izquierdo que apuntaba como bueno. Vara estuvo hasta decoroso en banderillas y escaso en las tristes embestidas. Mató a la manera garrafal, tanto como sus compañeros de terna. 
Serafín Marín dio una vuelta al ruedo en el segundo de la tarde sin convencimiento general, puesto que desaprovechó la nobleza a la vista y escondió a base de derechazos el pitón contrario que parecía muy potable, incluso desplegó manoletinas inútiles y miradas al tendido. En su segunda intervención pasó algo similar. El diestro desplegó mucho parón mezclado con desparpajo y abanico con el trapo, más una estocada que cayó en los bajos perdiendo el engaño.
Y el joven diestro sevillano produjo mucha desazón. Es que no se entiende que un matador de toros - según muchos la revelación de estos tiempos desajustados del toreo- disponga de la más evidente incapacidad para aguantar medio pase, ni media intención, a un toro de casta. Esaú se maneja bien en este toreo posmoderno y absurdo tan habitual, falto de ejecución, belleza y dominio. Es difícil afrontar esta corrida de Escolar. Ya lo sabemos. Lo fácil es lo que hace todos los días festivos en esas plazas que abundan. Ahora ya puede decir que ha matado una corrida de Escolar, en Azpeitia además, pero quienes vimos al sevillano únicamente conocimos a un torero no capacitado para el dominio a un animal poderoso, tal y como debería ser el toro de lidia, el auténtico, el que salió en el albero azpetiarra. Aire fresco del monte se respiraba, ese mismo que está sujeto entre intensos blancos y bermejos de la coqueta bombonera, que acaricia el susurrante Urola a la sombra del viejo monte, a la luz de la historia ignaciana. (...)


El afamado zortziko de Aldalur, que recuerda al subalterno originario de Deva, José Ventura Laca, muerto en la plaza de Azpeitia el 1 de agosto de 1841, aunque bien puede haber sido en 1845.

Recuerdo de Azpeitia (2)

(Vuelta al ruedo del mayoral de Palha). 

En el día grande del patrón de Azpeitia,
de Guipúzcoa y del ganadero portugués

Éste es un repaso gráfico de lo que fue la tarde -del día festivo de San Ignacio- y la ganadería de Palha en el coso centenario de Azpeitia. Intercalado entre las imágenes va el texto de la crónica del festejo y que ha sido publicado en este mismo blog. Entre paréntesis se reflejan algunos datos, ocurrencias y hechos destacables según mi criterio.

Feria de Azpetia. Segundo festejo de la Feria de San Ignacio. 31 de julio de 2012. Toros de Palha para Antonio Ferrera, Alberto Aguilar y Paco Ureña.
(...) día grande dedicado a la conmemoración de San Ignacio, patrón de Azpeitia, de Guipúzcoa, y ahora también del ganadero portugués, como es evidente por su abultado y fructífero peregrinaje a esta tierra de alma torera. (...)


(Despeje del ruedo y paseíllo en la calurosa tarde del día 31 de julio, la fiesta grande de Azpeitia en honor a San Ignacio, patrón también de Guipúzcoa). 

(...) Había que ponerse a torear. Había que creérselo. Había que agarrar la perfección cuando la belleza es posible tocarla. No era suficiente con ligar los muletazos, ni cumplir con la ortodoxia. Era necesario el sitio verdadero, la colocación de frente, cargar la suerte, bajar la mano, dominar el recorrido, romper la cintura atrás, todo en la aventura de la pasión. Porque los toros de Palha así lo pedían, y para las pocas ocasiones en que nos encontramos con el alma abierta al desenfreno arrebatado, al final nos resultó exagerado tanto halago y nos quedamos, lo que se dice, insatisfechos.(...)
Los toreros lo intentaron. Pero, con matices.

(Salida al ruedo del primer toro de la tarde. Un hermoso ejemplar colorao, encastado y boyante.)

Si en el día de ayer se necesitaban toreros que aguantaran la casta de los toros de Escolar, hoy se requerían hombres poderosos para el toreo hondo que los animales criados en las dehesas portuguesas exiguían. Todos, los seis, traían en sus entrañas mucha nobleza, tanta como trapío, trasmisión, buena presentación, hasta cierta bravura en algún ejemplar.

(Tercio de varas al primer ejemplar, y que por decisión del diestro Antonio Ferrera se le dio un solo puyazo, es decir la moderna técnica del monopuyazo)

(...) atrás quedó Ferrera con su empeño de no atreverse con la casta del bello ejemplar castaño, con su insoportable creencia del monopuyazo demoledor,(...) 

(Detalle de la triste faena de Antonio Ferrera a este primer toro de Palha)

(Antonio Ferrera...) en los zapatillazos y el desasosiego del toreo hacia atrás y a la carrera, en su evidente suficiencia para quitar al animal los pases que tenía, en su horripilante manera de ejecutar la suerte final a base de bajonazos) 

(Vuelta al ruedo del tercer toro de Palha en orden de lidia y que fue lidiado por Paco Ureña)

(...) Hubo dos puertas grandes y una vuelta al ruedo del tercer toro en orden de lidia, aunque resultaron tantos premios demasiado triunfalistas para lo que pudo ser y no fue. Y lo que pudo haber sido no fue otra cosa que la posibilidad y condición para el toreo de profundidad. (...)

(...) Estábamos superando a estas alturas el ecuador de la tarde. Ya teníamos la certeza que los toros de Palha estaban en gracia divina, bendecidos y dispuestos para el milagro, para ser toreados en el día grande dedicado a la conmemoración de San Ignacio, patrón de Azpeitia, de Guipúzcoa, y ahora también del ganadero portugués, como es evidente por su abultado y fructífero peregrinaje a esta tierra de alma torera. El noble y buen animal que hizo tercero, por ejemplo, era hasta cómodo de hechuras, de cabeza y de temperamento, y Ureña convenció a la mayoría con su toreo ligado pero débilmente ejecutado, casi siempre alejado del sitio, y si alguna vez le dio por cruzarse sirvió para demostrar dónde podía estar la precisión. (...)


(Vuelta al ruedo de Paco Ureña tras cortar dos orejas al toro premiado también en el arrastre) 

(Sobre Paco Ureña...) Le concedieron dos orejas que paseó triunfal por el albero de esta plaza coqueta, con saludos al mayoral incluidos, después de que se diera la vuelta al ruedo al toro propiciatorio de tanto éxito.(...) 


(Banderillas de Antonio Ferrera al cuarto toro de la tarde).

(Antonio Ferrera ....) Pero no enmendó ni lo mínimo, puesto que porfió en todo lo anterior, superándose en trapazos, muros y picos, y haciéndose comparable su técnica en descargar la suerte a la que pudieran tener los estibadores en el manejo de mercancía pesada. Incluso pretendió confundir con sus ínfulas exaltadas después del sartenazo que le propinó al nobilísimo animal que le correspondió en su segunda intervención. (...)


(Segundo tercio de la lidia del quinto toro de la tarde y que correspondió la lidia a Alberto Aguilar.)

(...) Su dejadez paso a convertirse en impulso arrebatado en su segunda intervención con un toro de buen comportamiento y muy interesante. (...)



(Faena de Alberto Aguilar al quinto toro, al que cortó dos orejas).



(Faena de Alberto Aguilar al quinto toro, al que cortó dos orejas).

(...) Inteligentemente apostó Aguilar por lucirlo con naturales, en series ligadas, con descansos prudentes cuando las fuerzas del toro se resentían de un puyazo deslomador. Resultó suficiente. 


(Petición de dos orejas para Alberto Aguilar por el público azpeitarra).

(...) Para Aguilar será un día claroscuro, fluctuando entre el acompañamiento de las embestidas nobles de sus dos animales con tandas ligadas, pero sin sujetar la nobleza. Acompañó, pero sin determinación. Su dejadez paso a convertirse en impulso arrebatado en su segunda intervención con un toro de buen comportamiento y muy interesante. Inteligentemente apostó Aguilar por lucirlo con naturales, en series ligadas, con descansos prudentes cuando las fuerzas del toro se resentían de un puyazo deslomador. Resultó suficiente. Tuvo su puerta grande, pero no sevirá posiblemente para catalogar su actuación de superior. Le faltó sin duda el cante 'jondo'.  (...) 



(Aplausos al quinto toro de la tarde, que superó -en mi opinión- al tercero que fue premiado con la vuelta al ruedo. Quizá, este ejemplar de Palha resultó más encastado y más interesante de comportamiento)


(Vuelta al ruedo de Alberto Aguilar tras cortar dos orejas al quinto toro).


(Tercio de varas al sexto toro de la tarde, bravo en el caballo, boyante en las embestidas, con casta, con fiereza y que, sin embrago, se fue inédito al desolladero)

(Sobre Paco ureña.. Le tocó en último lugar un boyante, encastado y hasta bravo animal, pero debió considerar que ya tenía bastante con lo ganado milagrosamente, bien guardado en el bolsillo, tanto que no quiso confiarse al incierto destino. (...)


(Tercio de banderillas, donde se puede apreciar la fijeza y la casta de este hermoso ejemplar).

(...) un toro de buen comportamiento y muy interesante.(...)

(Comportamiento extraordinario del sexto toro de Palha en la muleta y que no obtuvo una adecuada respuesta torera por parte de Paco Ureña)

(Sobre Paco Ureña) Su falta de ganas para dominar, además de torear, concluyó en la insistencia horripilantemente de los enganchones la firme embestida. Terminó desbordado, equivocándose con una fea estocada en vertical y un gran toro inédito camino del desolladero. (...) 



(Salida a hombros de La Bombonera de los diestros Alberto Aguilar y Paco Ureña)

(... faltó sin duda el cante 'jondo'. También a los demás. También a todos. (...)



(Vuelta al ruedo del mayoral de Palha).  

(...) Al final del festejo el mayoral daba emocionado la vuelta apoteósica por la tierra morena del coso de Azpeitia. Entre la emoción y la timidez, la concluía con prisa para abrazarse al ganadero titular, cada año más próximo a la beatificación en esta tierra torera.

martes, 7 de agosto de 2012

Azpeitia en el recuerdo (1)


Ganadería de Palha en el desembarque en la plaza de toros de Azpeitia, el 29 de julio de 2012.


Ganadería de Palha, lidiada en el coso azpeitarra el 31 de julio.

Ganadería de José Escolar, lidiada el 30 de julio.

PARTE PRIMERA. EL DESENCAJONAMIENTO
La fiesta popular
La feria de San Ignacio en este rincón guipuzcoano comienza con la presentación de los toros, un espectáculo admirado en la coqueta plaza centenaria por un lleno absoluto. Mucha gente joven, muchos paisanos, muchos niños, incluso muchos bebes que a bordo de carritos de paseo llegaron a presenciar la fiesta tan popular por excelencia Este año el desencajonamiento de las reses de las ganaderías titulares José Escolar, Palha y Valdefresno no pudo realizarse en la festividad de Santiago, como tradicionalmente sucede, al tratarse de un día no festivo. La cita tuvo lugar el domingo anterior a los festejos que se celebraron de manera continuada los días 30, 31 de julio y 1 de agosto.
Y no fue el único incidente en llegar a la cita de este pueblo con alma tan torera. Se tuvo que recurrir al ingenio y a las prisas para reunir un camión alternativo para que una de las ganaderías pudiera ser desembarcada ante la atenta mirada de los aficionados. Se hizo el trasvase de los toros del vehículo, que no cabía por la puerta de los corrales, al sustituto Pero, todo es posible en Azpeitia, incluso ver toros verdaderos, de los que no se dan por esas plazas de Dios y de la tauromaquia andante habitual.
Es emocionante. Todo el mundo atento. Los cabestros muestran los miedos y nerviosismo ante animales que son la mitad de su tamaño. Los bufidos. El encuentro fiero. La arena que se completa poco a poco con los toros que van apareciendo por las bajadas resbaladizas. Las anotaciones improvisadas de los números grabados en los lomos. Los topetazos de frente. Las colisiones que resuenan. El nervio que se agita. La camada reunida. Los circulares inciertos a ninguna parte que hacen las fieras, apretados los cuerpos e imposible la desunión. Corren a prisa hacia la puerta abierta. La admiración se manifiesta.
Domingo, 29 de agosto de 2012. Azpeitia.


Joxin Iriarte, responsable de la Comisión taurina de Azpeitia, en el callejón minutos antes de comenzar el desembarque de los toros, el 29 de julio de 2012.

El ganadero Palha con la mirada puesta en los camiones colocados en el ruedo mientras se presenta al público las ganaderías anunciadas para esta Feria de San Ignacio. 

Ganadería de Valdefresno.

Ganadería de Valdefresno.

Ganadería de Valdefresno.

Ganadería de Valdefresno.

Ganadería de Valdefresno.

Ganadería de Palha.

Ganadería de Palha.

Ganadería de José Escolar.